Este proyecto parte de un edificio existente situado en la Plaza de la Constitución de Almería y la mayor dificultad estribaba en meter todo el programa requerido en tan solo 211 m2 de suelo manteniendo las fachadas existentes, ya que se encuentran catalogadas por Cultura. Aparte de esta dificultad, por supuesto había que buscar la rentabilidad en el número de habitaciones ya que como máximo se podía alcanzar las 3 plantas existentes y para mayor complejidad, la propiedad pedía que el hotel fuese de 4 estrellas, existiendo para este caso una normativa en Turismo bastante restrictiva con las superficies de los espacios.
Fue un trabajo bastante difícil en su redacción y aún más en su ejecución, pero finalmente el resultado ha sido espectacular, centrando el diseño en un interior fantástico donde las habitaciones y espacios comunes adquieren un protagonismo pleno.
Tarea compleja en la que nuestra formación como arquitectos ha sido exprimida al máximo.